Lunes 4a Semana- Confío en tu Palabra


ORACIÓN INICIAL
Señor, te pedimos que nos defiendas de todos los peligros de la mente y del cuerpo y, a través de la intercesión de María, siempre Virgen, Madre de Dios y de san José, de tus santos apóstoles Pedro y Pablo y de todos los santos, en tu amorosa bondad nos asegures la salvación y la paz; y que una vez superados todos los errores y adversidades tu Iglesia pueda servirte en seguridad y libertad.




“Pasados los dos días, partió de allí para Galilea. Pues Jesús mismo había afirmado que un profeta no goza de estima en su patria.
Cuando llegó, pues, a Galilea, los galileos le hicieron un buen recibimiento, porque habían visto todo lo que había hecho en
 Jerusalén durante la fiesta, pues también ellos habían ido a la fiesta.

Volvió, pues, a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino.
Había un funcionario real cuyo hijo estaba enfermo en Cafarnaúm. Cuando se enteró de que Jesús había venido de Judea a Galilea, fue donde él y le rogaba que bajase a curar a su hijo, porque se iba a morir
Entonces Jesús le dijo: «Si no veis señales y prodigios, no creéis.»

Le dice el funcionario: «Señor, baja antes que se muera mi hijo.» 
Jesús le dice: «Vete, que tu hijo vive.» 
Creyó el hombre en la palabra que Jesús le había dicho y se puso en camino. Cuando bajaba, le salieron al encuentro sus siervos, y le dijeron que su hijo vivía. 
Él les preguntó entonces la hora en que se había sentido mejor. 
Ellos le dijeron: «Ayer a la hora séptima le dejó la fiebre.» El padre comprobó que era la misma hora en que le había dicho Jesús: «Tu hijo vive», y creyó él y toda su familia. 
Esta nueva señal, la segunda, la realizó Jesús cuando volvió de Judea a Galilea.”
Jn 4,43-54





Un funcionario pagano pidió a Jesús, con insistencia, que fuese a su casa y curase a su hijo. Jesús lo escuchó, lo acogió aunque no era de su raza ni religión, y le dijo que si no vemos signos y prodigios, no creemos.

Jesús quiere que tengamos fe, que nos fiemos de su Palabra. No hizo el signo de ir a casa del funcionario tal como este le pedía, sino que lo dice de Palabra y le contesta: «Anda, tu hijo vive.» Una vez más Jesús da vida con su Palabra.

Este es el verdadero milagro de la fe: creer sin otra garantía que no sea la Palabra de Jesús.
El ideal es creer en la Palabra de Jesús, aún sin ver.
El funcionario creyó en la Palabra que Jesús le había dicho y se puso en camino. También nosotros hemos de fiarnos plenamente de Jesús, superar nuestro egocentrismo, salir de nosotros mismos y ponernos en camino.


Que María, Madre y Esclava fiel del Señor, ayude a los creyentes a proseguir la “batalla espiritual” de la Cuaresma armados con la oración, el ayuno y la práctica de la limosna
(2008)

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Confiésate y haz examen de conciencia diariamente

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«Hoy oraremos en familia antes de dormir»

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ORACIÓN
Jesús, no me doy cuenta de que me falta fe. Como el funcionario de Cafarnaúm quiero tener signos: “ven a mi casa”; pero basta con tu Palabra.
Perdóname por las veces que me olvido de ti y solo te busco cuando te necesito, cuando tengo dificultades.

Ayúdame a tenerte siempre presente, en todo momento, que te vea como el amigo que siempre está ahí para ayudarme y no solo en mis situaciones difíciles.
 Quiero confiar en ti, en tu Palabra y voluntad, porque sólo tú sabes el camino de la verdad.

Dame, Señor, una fe real y verdadera que transforme mis actitudes para salir de mi egocentrismo y hacer el bien.
Dame, Señor, una fe viva, un amor ardiente y desinteresado, una esperanza firme e ilimitada en Ti. 
Tú me escuchas y me amas, acompáñame en el camino cotidiano, especialmente en las dificultades.

Ayúdame a orar con profundidad para escuchar tu voz y ser dócil a tu voluntad; confío en que tu gracia me fortalecerá y tu misericordia me acompañará. Amén.




Haz silencio en tu interior. Acalla las voces que resuenan dentro de ti.

Haciendo silencio en tu interior y recobrando la paz: Trata de responder interiormente estas preguntas:
¿Cómo vives tu fe? ¿Confías en la palabra de Jesús o solamente crees en los milagros y en las experiencias sensibles?
Jesús acoge a todos, ¿Cómo acojo yo a las personas, a quién me necesita?



ORACIÓN FINAL

Señor, la enfermedad de su hijo motivó al funcionario a buscarte y a creer en Ti.
Yo quiero madurar y crecer en mi amor a Ti, para que no sólo te busque en la necesidad, en la soledad o en el sufrimiento. Con tu gracia sé que lo podré lograr.
¡Gracias por tu amor eterno y por estar siempre conmigo!