ORACIÓN INICIAL
Señor, te pedimos que nos defiendas de todos los peligros de la mente y del cuerpo y, a través de la intercesión de María, siempre Virgen, Madre de Dios
y de san José, de tus santos apóstoles Pedro y Pablo y de todos los santos,
en tu amorosa bondad nos asegures la salvación y la paz; y que una vez superados todos los errores y adversidades tu Iglesia pueda servirte en seguridad y libertad.
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso; no juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados; dad, y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante, pues con la medida con que midiereis se os medirá a vosotros». ”
Lucas 6,36-38
El texto de Lucas, más que unas órdenes morales por cumplir, es la superación al código moral judío que regía. Así,la ley judía del ‘ojo por ojo’ aplicaba proporcionalidad en comparación con otros códigos despiadados de su entorno.
Sin embargo, lo que propone Jesús es una exageración del amor según lo que escucha a su Padre: “perdonad, y seréis perdonados”.
A lo que Jesús nos invita, ahí queda eso, es a ser como Dios.
En nuestra humanidad, no somos infinitos, pero somos llamados a un amor y esperanza mayores. Si permanecemos con Dios, estamos llamados permanentemente a actuar con un código nuevo: su amor sobre nosotros, que nos hace dar pasos de cambio.
Así, la ‘medida’ viene a recordar la relación entre dar y recibir. La medida del grano, raseada o no, vendría a ser para Jesús el símil de las relaciones nuevas que hacen crecer o que hacen que las relaciones permanezcan inamovibles.
La dicha que sentimos cuando se nos da gratis, nos empuja a hacer lo mismo por otros. La medida de Dios para con nosotros es rebosante, generosa… Si la interiorizamos y la hacemos nuestra, seguramente querremos ofrecerla también como recuerdo no propio, sino de aquel de quien la recibimos.
La Cuaresma es el tiempo privilegiado de la peregrinación interior hacia Aquél que es la fuente de la misericordia. Es una peregrinación en la que Él mismo nos acompaña a través del desierto de nuestra pobreza .(2006)
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Lee tu Biblia en un lugar nuevo, para tener una nueva perspectiva
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"Hoy viviré con serenidad y paz en el corazón”
"Hoy viviré con serenidad y paz en el corazón”
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ORACIÓN
La doble medida
Señor, disculpa mis flaquezas, mis caídas y silencios.
Dame otra oportunidad.
Olvida mis negaciones, mi tibieza, mis eternas contradicciones
Ábreme otra vez la puerta, acógeme en tu casa y en tu abrazo.
Tú, que sabes cómo soy.
Perdona tú, hijo, a quien te hirió con sus flaquezas, sus caídas y silencios
a quien no estuvo a la altura,
a quien no supo quererte bien…
Pero ¿por qué? ¿para qué me vuelva a herir, me falle de nuevo, o me deje en la estacada?
¿Cómo olvidar la decepción, las medianías, las perpetuas frustraciones?
¿Por qué mantener la puerta abierta, mi casa dispuesta y el brazo tendido?
He ahí el dilema, constante y humano.
La doble medida.
La piedad suplicada para uno mismo y negada al otro.
El amor acogido con gratitud, pero entregado con cuentagotas.
La claridad ante la necesidad propia, que se vuelve ceguera ante lo ajeno.
Aprended de mí, que soy Dios de misericordia.
La doble medida
Señor, disculpa mis flaquezas, mis caídas y silencios.
Dame otra oportunidad.
Olvida mis negaciones, mi tibieza, mis eternas contradicciones
Ábreme otra vez la puerta, acógeme en tu casa y en tu abrazo.
Tú, que sabes cómo soy.
Perdona tú, hijo, a quien te hirió con sus flaquezas, sus caídas y silencios
a quien no estuvo a la altura,
a quien no supo quererte bien…
Pero ¿por qué? ¿para qué me vuelva a herir, me falle de nuevo, o me deje en la estacada?
¿Cómo olvidar la decepción, las medianías, las perpetuas frustraciones?
¿Por qué mantener la puerta abierta, mi casa dispuesta y el brazo tendido?
He ahí el dilema, constante y humano.
La doble medida.
La piedad suplicada para uno mismo y negada al otro.
El amor acogido con gratitud, pero entregado con cuentagotas.
La claridad ante la necesidad propia, que se vuelve ceguera ante lo ajeno.
Aprended de mí, que soy Dios de misericordia.
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Haz por un momento silencio interior y comprueba a luz del Evangelio cómo son tus relaciones.
-Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo: ¿Alimentas la compasión verdadera o solo es un sentimiento pasajero, hasta la siguiente…?
— No juzguéis, y no seréis juzgados: ¿Con qué motivos tu juicio aparece pronto y distorsionador de la realidad.?
— No condenéis, y no seréis condenados: ¿Ocupa la condena tiempo de más en tu mente y corazón, o no.?
Deja tiempo para que tu corazón se silencie.
ORACIÓN FINAL
Señor, mi corazón es pequeño al lado del tuyo. Tu compasión y ternura para conmigo y para con los que no me entiendo, son exageradas.
Sin embargo, cuando perdono, mi corazón empieza a parecerse más al tuyo.
Descubro que me abrumas con tu generosidad.
Me siento feliz al sentirme en tus manos generosas y abrir las mías.
Haz por un momento silencio interior y comprueba a luz del Evangelio cómo son tus relaciones.
-Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo: ¿Alimentas la compasión verdadera o solo es un sentimiento pasajero, hasta la siguiente…?
— No juzguéis, y no seréis juzgados: ¿Con qué motivos tu juicio aparece pronto y distorsionador de la realidad.?
— No condenéis, y no seréis condenados: ¿Ocupa la condena tiempo de más en tu mente y corazón, o no.?
Deja tiempo para que tu corazón se silencie.
ORACIÓN FINAL
Señor, mi corazón es pequeño al lado del tuyo. Tu compasión y ternura para conmigo y para con los que no me entiendo, son exageradas.
Sin embargo, cuando perdono, mi corazón empieza a parecerse más al tuyo.
Descubro que me abrumas con tu generosidad.
Me siento feliz al sentirme en tus manos generosas y abrir las mías.