ORACIÓN INICIAL
Señor, te pedimos que nos defiendas de todos los peligros de la mente y del cuerpo y, a través de la intercesión de María, siempre Virgen, Madre de Dios
y de san José, de tus santos apóstoles Pedro y Pablo y de todos los santos,
en tu amorosa bondad nos asegures la salvación y la paz; y que una vez superados todos los errores y adversidades tu Iglesia pueda servirte en seguridad y libertad.
Padre de misericordia
“Y al orar, no charléis mucho, como los gentiles, que se figuran que por su palabrería van a ser escuchados. No seáis como ellos, porque vuestro Padre sabe lo que necesitáis antes de pedírselo.
Vosotros, pues, orad así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu Nombre; venga tu Reino; hágase tu Voluntad así en la tierra como en el cielo.
Nuestro pan cotidiano dánosle hoy; y perdónanos nuestras ofensas, así como nosotros perdonamos a quien nos ofende; y no nos dejes caer en tentación, mas líbranos del mal.
Que si vosotros perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas.”
Mateos 6,7-15
Padre Nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu Reino…, tu Reino de sencillez, tu Reino sin la codicia de las cosas materiales.
Me pregunto a veces, si hago lo suficiente para no malgastar, si vivo con lo realmente necesario, si podría vivir con menos… y me doy cuenta de que no me lo pregunto lo suficiente o que no quiero ver la respuesta.
Es tan difícil no derrochar en la sociedad actual, la sociedad consumista. Incluso sin darnos cuenta, consumimos por encima de nuestras necesidades, ropa, móvil, coche… El ritmo de la vida no nos da tiempo para recapacitar sobre qué es necesario.
Aprovechemos este rato para pararnos a pensar, a reflexionar, en primer lugar, en qué punto estamos: ¿sabemos qué compramos?, ¿nos importan las marcas?, ¿la política de fabricación de las marcas que tenemos? Jesús, nos invita a no crear ataduras a las cosas materiales, a vivir de manera más sencilla y menos material.
Pero ¿Qué podemos hacer en nuestra sociedad actual? ¿Cómo podemos cambiar nosotros para cambiar el mundo?
La respuesta está en Jesús, cuanto más nos acerquemos a Él, más cerca esteremos de su Reino
La Cuaresma nos ofrece una ocasión providencial para profundizar en el sentido y el valor de ser cristianos, y nos estimula a descubrir de nuevo la misericordia de Dios para que también nosotros lleguemos a ser más misericordiosos con nuestros hermanos. (2008)(2006)
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Hoy seré optimista, confiaré en Dios y estaré seguro de mí mismo.
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Pasa 30 minutos o una hora en silencio, conectando con Dios.
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ORACIÓN
Señor, tú que dijiste a tus apóstoles cómo debían orar al Padre a través del Padrenuestro, para que, a diferencia de los gentiles, no derrochasen las palabras encharlatanería, ayúdanos a nosotros por medio de la oración para llegar a ti.
Te pedimos Señor, que si algo ha de derrocharse sea el Espíritu Santo sobre nuestras cabezas como en aquella mañana de Pentecostés para que la oración forme parte de nuestras vidas y sea el vehículo que nos conduzca a saber hablar contigo y con el Padre. Sobre todo en estos tiempos tan convulsos en los que hay tanto ruido exterior que, muchas veces, nos impide no solo escuchar sino también comunicarnos internamente como es debido.
Y al igual que tus discípulos supieron hablar con el Padre llamándolo por su nombre a la hora de pedirle que viniese su Reino, nosotros también te pedimos hoy que intercedas ante Dios para que perdone nuestras deudas y nos otorgue la mansedumbre suficiente para también saber perdonar a quienes nos ofenden.
Señor, tú que dijiste a tus apóstoles cómo debían orar al Padre a través del Padrenuestro, para que, a diferencia de los gentiles, no derrochasen las palabras encharlatanería, ayúdanos a nosotros por medio de la oración para llegar a ti.
Te pedimos Señor, que si algo ha de derrocharse sea el Espíritu Santo sobre nuestras cabezas como en aquella mañana de Pentecostés para que la oración forme parte de nuestras vidas y sea el vehículo que nos conduzca a saber hablar contigo y con el Padre. Sobre todo en estos tiempos tan convulsos en los que hay tanto ruido exterior que, muchas veces, nos impide no solo escuchar sino también comunicarnos internamente como es debido.
Y al igual que tus discípulos supieron hablar con el Padre llamándolo por su nombre a la hora de pedirle que viniese su Reino, nosotros también te pedimos hoy que intercedas ante Dios para que perdone nuestras deudas y nos otorgue la mansedumbre suficiente para también saber perdonar a quienes nos ofenden.
Por todo ello, Señor, te rogamos que con idéntica ternura a la que tú mostraste con aquellos condiscípulos que te pidieron que los enseñases a rezar, hagas lo mismo con nosotros y nos muestres el camino de la oración. Amén
Recomendamos una música tranquila para meditar.
Relájate, respira, piensa… piensa en la suerte que tenemos de estar donde estamos, de tener lo que tenemos, solo por haber nacido aquí. No todos tienen esa suerte. Por ética, por justicia, por igualdad.
No debemos derrochar.
En la sociedad de consumo en la que vivimos, gastar nos parece a veces sinónimo de felicidad, y seguridad.
Entra en tu interior, la felicidad está dentro de ti, en la posibilidad de mejorar como persona, de acercarte a Jesús.
ORACIÓN FINAL
Señor, dame ojos para ver el dolor de mi hermano…
Dame sensibilidad para entender al que no es como yo…
Dame esperanza para no conformarme con la realidad…
Dame coraje para enfrentarme a lo que no es justo…
Dame ilusión para soñar con un mundo nuevo…
Dame fuerza para recorrer el camino de la vida junto a aquellos que viajan en el vagón de cola del mundo. Porque solo en el que sufre, en el que es diferente, en la lucha, solo en la justicia y en los sueños, solo en este camino te encontraré.
Entra en tu interior, la felicidad está dentro de ti, en la posibilidad de mejorar como persona, de acercarte a Jesús.
ORACIÓN FINAL
Señor, dame ojos para ver el dolor de mi hermano…
Dame sensibilidad para entender al que no es como yo…
Dame esperanza para no conformarme con la realidad…
Dame coraje para enfrentarme a lo que no es justo…
Dame ilusión para soñar con un mundo nuevo…
Dame fuerza para recorrer el camino de la vida junto a aquellos que viajan en el vagón de cola del mundo. Porque solo en el que sufre, en el que es diferente, en la lucha, solo en la justicia y en los sueños, solo en este camino te encontraré.