Vencer el egoísmo
Tu Padre te recompensará
ORACIÓN
Señor, te pedimos que nos defiendas
de todos los peligros de la mente y del cuerpo
y, a través de la intercesión de María, siempre Virgen, Madre de Dios
y de san José, de tus santos apóstoles Pedro y Pablo
y de todos los santos,
en tu amorosa bondad
nos asegures la salvación y la paz;
y que una vez superados todos los errores y adversidades
tu Iglesia pueda servirte
en seguridad y libertad.
Mt 6, 1-6.16-18
Dijo Jesús a sus discípulos: «Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos, de lo contrario, no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial. Por tanto, cuando hagas limosna, no vayas tocando la trompeta por delante, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; os aseguro que ya han recibido su paga. Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo pagará.
Cuando recéis, no seáis como los hipócritas a quienes les gusta rezar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea la gente. Os aseguro que ya han recibido su paga. Tú, cuando vayas a rezar, entra en tu aposento, cierra la puerta y
reza a tu Padre, que está en lo escondido, y tu Padre, que ve en lo escondido, te lo pagará.
Cuando ayunéis, no andéis cabizbajos, como los hipócritas que desfiguran su cara para hacer ver a la gente que ayunan. Os aseguro que ya han recibido su paga. Tú, en cambio, cuando
ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no la gente, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará».
Vivimos en una sociedad que nos promete la felicidad a base de tener muchas cosas. Tener una casa más cara, un coche con más prestaciones, una tele más grande o un móvil de última generación.
Vivimos en una sociedad que nos promete la felicidad a base de tener muchas cosas. Tener una casa más cara, un coche con más prestaciones, una tele más grande o un móvil de última generación.
Y acostumbramos a valorar a las personas, y muchas veces a envidiarlas, por lo que tienen. Su valor es directamente su fortuna.
La consecuencia es clara: aquellas personas que quieren ser valoradas, además de rodearse de cosas admiradas y envidiadas por la gente, están muy preocupadas de su aspecto físico y muy pendientes de que sus buenas acciones sean vistas por todos.
Podríamos poner ejemplos de deportistas, de cantantes y actores de cine que intentan mejorar su imagen con acciones humanitarias para que todos vean lo buenas personas que son. Y casi sin pretenderlo hemos copiado estos comportamientos, imitando a personas a las que admiramos. Puede que actuemos con el fin de ser valorados, y pensamos que cuidando nuestra imagen, dando regalos o prestando las muchas cosas que tenemos, podremos conseguirlo.
Pero el camino que nos marca el evangelio de hoy es muy distinto. Cuando hagas el bien a las personas que lo necesitan procura hacerlo de forma discreta, sin necesidad de ser visto y de que te valoren por ello, sino que brote de tu compromiso por compartir tus valores con otras personas que los necesitan. Y el Señor, que ve en lo escondido, te recompensará.
Que en cada familia y comunidad cristiana se valore la Cuaresma para alejar todo lo que distrae el espíritu y para intensificar lo que alimenta el alma y la abre al amor de Dios y del prójimo. Pienso, especialmente, en un mayor empeño en la oración, en la lectio divina, en el Sacramento de la Reconciliación [la confesión] y en la activa participación en la Eucaristía, sobre todo en la Santa Misa dominical. (2009)
Observa el Miércoles de Ceniza y reflexiona sobre su significado.
“Hoy trabajaré con esperanza confiando en el amor de Dios”
Nuestras buenas acciones pueden surgir de una preocupación constante por las necesidades de los demás o de una imagen que queremos tener y nos gusta que la gente nos reconozca.
Jesús nos pide hoy que clarifiquemos nuestras intenciones y vivamos desde el compromiso de seguir su ejemplo.
ORACIÓN FINAL
Danos entrañas de misericordia frente a toda miseria humana.
Inspíranos el gesto y la palabra oportuna frente al hermano solo y desamparado.
Ayúdanos a mostrarnos disponibles ante quien se siente explotado y deprimido.
ORACIÓN FINAL
Danos entrañas de misericordia frente a toda miseria humana.
Inspíranos el gesto y la palabra oportuna frente al hermano solo y desamparado.
Ayúdanos a mostrarnos disponibles ante quien se siente explotado y deprimido.
Que quienes te buscamos crezcamos en fidelidad al Evangelio;
que nos preocupemos de compartir en el amor las angustias y tristezas, las alegrías y esperanzas de todos los seres humanos, y así les mostremos tu camino de reconciliación, de perdón y de paz.
Amén