Miércoles Santo- Pasar de la traición a la protección



ORACIÓN INICIAL
Señor, te pedimos que nos defiendas de todos los peligros de la mente y del cuerpo y, a través de la intercesión de María, siempre Virgen, Madre de Dios y de san José, de tus santos apóstoles Pedro y Pablo y de todos los santos, en tu amorosa bondad nos asegures la salvación y la paz; y que una vez superados todos los errores y adversidades tu Iglesia pueda servirte en seguridad y libertad.




Entonces uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue donde los sumos sacerdotes, y les dijo: «¿Qué queréis darme, y yo os lo entregaré?» Ellos le asignaron treinta monedas de plata.

Y desde ese momento andaba buscando una oportunidad para entregarle. El primer día de los Ázimos, los discípulos se acercaron a Jesús y le dijeron: «¿Dónde quieres que te hagamos los preparativos para comer el cordero de Pascua?» El les dijo: «Id a la ciudad, a casa de quien vosotros sabéis, y decidle: “El Maestro dice: Mi tiempo está cerca; en tu casa voy a celebrar la Pascua con mis discípulos.”» Los discípulos hicieron lo que Jesús les había mandado, y prepararon la Pascua.
Al atardecer, se puso a la mesa con los Doce. Y mientras comían, dijo: «Yo os aseguro que uno de vosotros me entregará.» Muy entristecidos, se pusieron a decirle uno por uno: «¿Acaso soy yo, Señor?» Él respondió: «El que ha mojado conmigo la mano en el plato, ése me entregará. El Hijo del hombre se va, como está escrito de él, pero ¡ay de aquel por quien el Hijo del hombre es entregado! ¡Más le valdría a ese hombre no haber nacido!» Entonces preguntó Judas, el que iba a entregarle: «¿Soy yo acaso, Rabbí?» Él respondió: «Sí, tú lo has dicho.»

Mt 26,14-25




De nuevo, ahora en el evangelio de Mateo, nos encontramos con la traición. Jesús es vendido por treinta monedas de plata. La persona de Jesús es tratada como objeto de cambio al servicio de los intereses de otros.
La trata de personas es un problema mundial que priva de su dignidad a millones de seres humanos. La Organización Internacional del Trabajo calcula que casi 21 millones de personas en el mundo son víctimas de explotación: trabajos forzados, explotación sexual, mendicidad, matrimonios forzados, extracción de órganos, venta de niños, niños soldado,… Aproximadamente el 30% de las víctimas de trata son niños.

Este es un testimonio: “Yo fui víctima de trata laboral, en su modalidad de esclavitud. Cuando decidí escapar tenía cicatrices hechas con palos, cables de la luz, quemaduras de plancha. 
Llevo conmigo una cicatriz en mi cintura, ya que la persona que me tenía me ahorcaba para que me salieran llagas. Me obligaba a planchar más de 20 horas, me tenía que dormir de pie y tampoco me dejaba hacer mis necesidades, las tenías que hacer en bolsas de plástico. 
También, para poder soportar el hambre masticaba el plástico, llegué a estar sin comer más de cinco días. No me daba de tomar, tenía que tomar el agua con la que planchaba. Mis cadenas fueron psicológicas y físicas. 

Cuando decidí escapar, estaba muerta en vida. Ella sabía que era vulnerable, me apartó de mi familia. Yo me preguntaba ¿a dónde voy a ir si no tengo a dónde?
Hoy oramos con todas esas personas a las que les han robado su dignidad y libertad.


*******


Redescubre tu ciudad

*******
«Haré un acto de caridad sin que nadie se de cuenta.

*******

ORACIÓN

Vuelve a tu hogar Han robado tu alegría y borraron tu sonrisa, te llenaron de dolor sin compasión, pusieron precio a tus días, te marcaron de por vida traficando con tu amor, pero el cielo hoy se abre a tu favor.

Vuelve a tu hogar a ese lugar donde puedes cada día soñar vuelve a empezar una vez más porque tienes otra oportunidad.

Ya no tengas temor, abre tu corazón. Un nuevo amanecer comenzó tu puedes creer di adiós al ayer al ayer porque algo diferente puede ser.

Aunque sientas que estás sola yo te abrazo cuando lloras no importa lo pasado al refugio tú has llegado.
Abel Pedraza




Por un momento haz el ejercicio de ponerte en el lugar de una persona que esté siendo víctima de trata.

Primero, sitúate: ¿Eres mujer, hombre, niño, niña?,¿Cómo has llegado hasta aquí?, ¿Dónde vives?, ¿Con quién?, ¿Qué haces?

Segundo: ¿Cómo te sientes física, emocional y espiritualmente? Contémplate desde dentro.

Tercero: ¿Qué necesitas para salir de esa situación?, ¿ves a alguien que te puede ayudar?

Cuarto: Regreso al aquí y al ahora y me pregunto. ¿Me doy cuenta de que en ocasiones yo también “utilizo” a las personas?





ORACIÓN FINAL
Oh Dios, ayúdanos a luchar contra toda forma de esclavitud.
Danos la sabiduría y la fuerza para estar cerca de quienes han sido heridos en el cuerpo, en el corazón y en el espíritu.
Toca el corazón de los responsables de este grave crimen y sostén nuestro compromiso por la libertad, don tuyo para todos tus hijos e hijas.
Amén