Día 35-Sepultura de Cristo

Martes de la quinta semana de Cuaresma


Ha hecho conmigo una buena obra.
Porque derramando ésta este ungüento en mi cuerpo,
 para sepultarme lo hizo
(Mt 26, 10.12)

Fue conveniente que Cristo fuese sepultado:

1º) Para comprobar la verdad de su muerte; pues nadie es puesto en el sepulcro, sino cuando ya consta la verdad de la muerte. Por eso se lee en la Escritura que Pilatos, antes de permitir que Cristo fuese sepultado, hizo examinar con exquisita diligencia si estaba muerto (Mc 15, 44-45)

2º) Porque por lo mismo que Cristo resucitó del sepulcro, da la esperanza de resucitar por él a los que están en el sepulcro, según aquello: Todos los que están en los sepulcros oirán la voz del Hijo de Dios; y los que hicieron bien irán a resurrección de vida (Jn 5, 28-29).

3º) Para ejemplo de los que por la muerte de Cristo mueren espiritualmente a los pecados, esto es, los que se esconden de la conturbación de los hombres. Por eso se dice: Porque estáis ya muertos y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios (Col 3, 3)
Por lo que también los bautizados, que mueren a los pecados por la muerte de Cristo, son como consepultados con Cristo por la inmersión, conforme a aquello a los Romanos: Porque somos sepultados con él en muerte por el bautismo (6, 4).

Así como la muerte de Cristo obró eficientemente nuestra salvación, así también su sepultura. Por lo cual dice San Jerónimo21: "Resucitamos por la sepultura de Cristo".

Sobre aquello de Isaías: A los impíos dará por su sepultura (53, 9), dice la Glosa: esto es, a los gentiles que estaban sin piedad, los dará a Dios Padre; porque los adquirió muriendo y siendo sepultado.

Y en el salmo (87, 5-6) se lee: He venido a ser como hombre sin socorro, libre entre los muertos. Porque Cristo, siendo sepultado entre los muertos, demostró haber sido libre, porque su encerramiento en el sepulcro no pudo impedir que saliese de él resucitado.
(3ª, q. LI, a. 1)

21 Sobre el Evangelio de Mateo