CELEBRANDO LA CUARESMA
Enterrando Aleluya
Jarra de sacrificios
Corona de espinas en masa de sal
Arbol de Jesús
Caja de viacrucis para niños
40 días, 40 bolsas
Calendario-Oveja cuaresmal
A lo largo de toda la temporada de Cuaresma, el Aleluya no es cantada en las misas. Es intencionalmente dejada fuera de la liturgia.
Su desaparición nos permite concentrarnos en el tono penitencial de Cuaresma hasta su resurgimiento en la mañana de Pascua. Es entonces que se canta como una canción nueva: "Aleluya! ¡Él ha resucitado!"
MODO DE REALIZARLO
Se escribe en un papel la palabra AleluyaEl miércoles de ceniza, inicio de la Cuaresma, se dobla el papel y se guarda en una bolsa morada . El color morado es el color de la Cuaresma
Esto para significar el sentido penitencial de la Cuaresma, el propósito de reflexión que conlleva. También tiene el significado de recordar los 40 días de Jesucristo en el desierto, donde muchas de las tentaciones de la vida se hacen a un lado, para acercarnos más a Dios.
Se escriben los propósitos de Cuaresma que se piensen realizar, como un compromiso ante Dios de nuestro deseo de enmienda, pidiendo su auxilio para ello. Y se guardan también en la bolsa.
Los propósitos serán pensados de acuerdo a las fallas que tenemos y a los deseos que tenemos de mejorar ciertas actitudes nuestras
El tiempo de Cuaresma es dedicado principalmente a reflexionar sobre la manera en que llevamos nuestra vida, si es agradable a Dios. Es hacer un alto en el año para acercarnos a El y pedirle su auxilio para mejorar nuestra vida espiritual.
El día de Pascua, se abrirá la bolsa con la palabra Aleluya, significando la alegría de haber vivido exitósamente la Cuaresma, de haber cumplido nuestros propósitos y de sentirnos más cercanos a Cristo y renacer junto con El, siendo mejores personas.
Es una manera sencilla de ayudar a los niños a entender la importancia de ese día esplendoroso de la Resurrección de Cristo. Y de que entiendan que El renace siempre en nosotros a lo largo de nuestra vida.
Fuente: https://threesidedwheel.wordpress.com
Adaptación de Puntadas de familia
Incluso la liturgia “ayuna” en preparación del glorioso tiempo de Pascua
El tiempo de Cuaresma está marcado por dos omisiones litúrgicas muy destacadas. Ni el himno conocido como el Gloria (Gloria a Dios en las alturas) ni el Aleluya cantado antes del Evangelio se cantan durante los 40 días completos de Cuaresma (con algunas pequeñas excepciones).
¿Y eso por qué?
Primero de todo, el Gloria es un himno que celebra la venida del Señor usando las palabras de los ángeles en el nacimiento de Cristo.
La Iglesia durante la Cuaresma regresa en espíritu a una época en que el pueblo de Dios estaba en el exilio, esperando que el Mesías llegara y los salvara. Es un periodo de expectativa similar al de Adviento, pero en lugar de esperar el nacimiento de Cristo desde el vientre de María, el pueblo cristiano espera el segundo “nacimiento” de Cristo desde el vientre del sepulcro.
En segundo lugar, siguiendo este mismo espíritu de exilio, la Iglesia se une a Moisés y a los israelitas mientras vagan por el desierto durante 40 años. Es un momento de agonía y purificación, donde los fieles se unen para decir: “¿Cómo podríamos cantar un canto de Yahveh en una tierra extraña?” (Salmo 137,4). La palabra “Aleluya” está arraigada en una expresión hebrea que significa “alabar al Señor” y por lo tanto se omite durante la Cuaresma.
Como resultado, nuestro enfoque en la Cuaresma no es regocijarnos, sino lamentar nuestros pecados, mirando aquellas cosas que nos impiden una relación auténtica con Dios. Una vez que se eliminan a través de la oración, el ayuno y la limosna, podemos regocijarnos nuevamente en la Pascua, porque no solo celebramos la resurrección de Cristo, sino nuestro propio renacimiento en el espíritu.
Igual que una mujer que experimenta dolores de parto antes de nacer, los cristianos “gemimos en nuestro interior anhelando el rescate de nuestro cuerpo” (Romanos 8,23).
¿qué significa el Aleluya?
Según el diccionario litúrgico del P. José Aldazabal: la palabra Aleluya del hebreo “hallelu –Yah”, alabad a Yav (vé), Alabad a Dios. Es una aclamación litúrgica que nos une con los judíos, con la generación de Jesús y con siglos y siglos de fe cristina de Oriente y Occidente..
Esta breve palabra es como el resumen de toda oración de alabanza que elevaban a Dios tanto los creyentes del AT como los del NT. Se encuentra en los salmos y en otros libros del AT, y en el NT sobre todo en el libro del Apocalipsis.
Aunque el origen apunta a la alabanza a Dios, la palabra se ha llegado a identificar con la alegría. Decir “aleluya” es decir “alegría”. Musicalmente, la última sílaba se adorna a menudo con una prolongación llamada “jubilus”.
En la liturgia tiene un puesto privilegiado como aclamación antes del evangelio: “con el aleluya la asamblea de los fieles recibe y saluda al Señor que va a hablarles”. También en la Liturgia de las Horas tiene un momento muy expresivo: el cántico de las vísperas segundas del domingo, en que la comunidad canta el himno de las bodas del Cordero (Ap 19), salpicado de gozosos aleluyas.
Pero sobre todo tiene una resonancia especial en la Vigilia Pascual. En las Iglesias de Occidente ha sido costumbre no cantar el Aleluya en Cuaresma.
Son cuarenta días de “ayuno” de esta aclamación, que en la noche de Pascua se vuelve a cantar solemnemente en el momento en que se va a proclamar el evangelio más importante del año: el de la Resurrección de Cristo.